El “Doble Cúmulo de Perseo” puede localizarse fácilmente desde el hemisferio norte. Su tamaño es destacado, casi un grado de arco, es decir dos veces el tamaño de la Luna Llena. Si a eso le sumamos que se sitúa inmerso en una preciosa zona del cielo atravesada por la Vía Láctea, el Doble Cúmulo se convierte en uno de los objetos celestes más bellos para ser observado con unos prismáticos.
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
Con una magnitud conjunta de 4.3, está compuesto por dos cúmulos abiertos. Uno denominado NGC 869 (al que se le conoce con el nombre de “h”) de magnitud 5.3 y el otro es NGC 884 (al que el astrónomo Bayer asignó como Xi Perseii) de magnitud 6.1. Son objetos fácilmente asequibles a instrumentos de poco diámetro. Se supone que ambos objetos están situados a una distancia media de unos 7500 años luz (7000 y 8000 años luz respectivamente) y las últimas investigaciones indican que su masa equivale a 20000 masas solares entre los dos objetos que componen el doble cúmulo. Su edad se estima en 13 millones de años y pertenecen a la asociación estelar Perseus OB1. La separación entre ambos cúmulo se cree que es de unos 1100 años luz. NGC 869 contiene unas 200 estrellas mientras que NGC 884 reúne 50 menos y más débiles por término general que el anterior. La mayoría de las estrellas de ambos cúmulos son azules pero no pasan desapercibidas algunas de color naranja.
LOCALIZACIÓN y OBSERVACIÓN
Desde un lugar con cielo oscuro el Doble Cúmulo (al que se le conoce también como Caldwell 14) se ve a simple vista recorriendo una línea imaginaria entre Alfa de Perseo y Delta Casiopea. A medio camino entre ambas estrellas puede encontrarse con facilidad. Ya el astrónomo griego Hiparco de Nicea (c. 190 a.C. – c. 120 a.C.) lo incorporó en su catalogo de estrellas en el año 130 a.C.
Su visión con prismáticos es excelente, fantástica, con ambos cúmulos dentro del campo de visión. Incluso empleando un telescopio con pocos aumentos pueden entrar ambos cúmulos en el campo y disfrutar de la altísima concentración estelar de ambos cúmulos.
Las coordenadas ecuatoriales del objeto en conjunto son:
Época J2000.0 – Ascensión Recta: 02h20m · Declinación: +57º 08´
Si, por el contrario, estamos observando desde lugares contaminados lumínicamente podemos recorrer la línea imaginaria indicada en el párrafo anterior con los prismáticos. Nos detendremos en un “asterismo” con forma de T en el que estarán situados los dos cúmulos: uno en el punto de intersección de las dos líneas de la letra y el otro en la punta este de la línea superior. La observación con unos simples prismáticos de 7×50 ó 10×50 nos revelará su estructura como si fuera una estrella “hinchada”.
Desde un lugar oscuro la imagen es magnífica. Con un pequeño telescopio deberíamos centrarnos en cada objeto en particular. Podríamos contar y contar estrellas hasta cansarnos. Con un refractor de 70 mm he podido contar un centenar de estrellas en cada cúmulo y ese número se duplica con creces con uno de 120 mm. Si aplicamos aumentos al telescopio (no son necesarios demasiados) comprobaremos que la mayoría de las estrellas son azules (calientes) aunque destacan varias rojas o anaranjadas (frías). Unos prismáticos permiten destacar muchas estrellas pues existen muchas de magnitud séptima y octava, si bien la cercanía entre ellas imposibilita realizar un conteo detallado. Aunque este instrumental nos permitirá comprobar que el cúmulo llamado NGC 869 tiene una concentración central más destacada que su vecino NGC 884.
En cuanto a estrellas variables en ambos cúmulos hay muchas pero su amplitud de variación es muy pequeña. Destacan especialmente dos variables rojas. Una situada en el cúmulo NGC 884, RS Per que varía desde la magnitud 7.8 a la 10 de manera semirregular en unos siete meses. La otra se sitúa casi en el pasillo intermedio de los dos cúmulos, FZ Per con una variación algo menor que la anterior, de magnitud 9.8 a 10.8 en unos seis meses. A continuación aparecen las curvas de luz de ambas estrellas realizadas a partir de las medidas realizadas por los observadores de la AAVSO durante los últimos 400 días. Como puede verse son estrellas no demasiado seguidas y con unas curvas de luz poco definidas por lo que la observación del Doble Cúmulo también supone un aliciente para el seguimiento de estas estrellas.
Sin duda el Doble Cúmulo nos ofrece espectáculo garantizado , si nos adentramos seriamente en su observación, cada vez nos seducirá más. Puedes probarlo en estas noches de invierno. Te sorprenderá.
FRANCISCO RODRÍGUEZ B. – (C) 2023 – WWW.ASTROILUSION.ES
En Astroilusión disponemos de instrumental y material relacionado con la Astronomía. Muchos de ellos en oferta. ¡Visítanos!