PREPARANDO LA OBSERVACIÓN
EN EL PRINCIPIO…
Iniciarse en la exploración de la bóveda celeste y preparar una sesión de observación astronómica no es un asunto baladí. La ventaja de estar observando desde la ciudad es que, al poder subir a la azotea o salir a nuestro patio, haremos más noches de Astronomía, podremos llevar a cabo más programas de observación (aunque sean sencillos pero continuados) y podremos hacer un uso más eficiente de nuestro pequeño telescopio o de nuestros prismáticos. Claramente, y en contrapartida, perderemos mucha calidad del cielo en comparación con la que tendríamos si estuviésemos observando desde el campo, la montaña o cualquier zona alejada de los núcleos residenciales urbanos. De cualquier forma, e independientemente del lugar desde el que observemos, hay detalles logísticos que no debemos dejar atrás a la hora de preparar nuestra sesión de observación astronómica.
El salir a cielo raso comporta el hecho de ir preparados para proteger nuestro cuerpo del frío y la humedad del invierno, de los insectos en verano, o incluso de algo muy molesto: el viento. Existen una serie de de elementos básicos que no debemos olvidar. El primero de ellos es la ropa. Incluso en verano la temperatura puede bajar hasta el punto de sentirnos incómodos, por lo tanto debemos ir bien abrigados. Algo esencial es prepararse bien los pies y la cabeza pues por ambos sitios la pérdida de calor es importante. Esta protección es fundamental durante las noches invernales. En ocasiones el frío, unido al viento, es intenso y si vamos a pasar algunas horas al raso, el ir protegidos nos evitará cualquier problema de salud posterior. Si la noche de observación va a ser larga siempre podremos preparar, previamente, nuestros caldos o café para hacer más soportable la noche tratando de evitar, lo más posible, el alcohol.
Si vamos a irnos al campo a observar, durante el día deberemos buscar un lugar apropiado para la observación buscando lugares idóneos para la observación astronómica, pero si no tenemos otra opción que hacerlo desde la ciudad procuraremos que esté alejado de fuentes de luz indirectas: farolas, ventanas iluminadas, etc. Desde la ciudad es recomendable esperar a que la noche sea bien oscura. Es conveniente esperar también a que se apaguen las luces de los monumentos y edificios con molesta iluminación indirecta. En ocasiones, observar antes del amanecer también es aconsejable pues el cielo está más limpio y oscuro pero, por diferentes motivos, no siempre es aconsejable esa opción incluso ni siquiera siempre es útil. Sea cual sea el lugar de observación debemos llevar nuestras cartas estelares, un cuaderno de observaciones donde anotar nuestros registros, lápiz y goma si queremos dibujar y reloj para anotar la hora en la que hacemos nuestras observaciones. El uso de un cuaderno de observación es fundamental y no debemos prescindir de él en ningún momento de nuestras observaciones astronómicas.
Antes de iniciar nuestras observaciones deberemos permanecer unos 20 minutos adaptándonos a la oscuridad, evitando reflejos y luces parásitas. Durante ese tiempo nuestra pupila se dilatará hasta lo máximo posible (dependiendo de la edad y de la oscuridad del lugar). Si encendiéramos alguna luz nuestra pupila se contraería y habríamos perdido dicha adaptación instantáneamente. Por todo esto, para anotar nuestras observaciones o para guiarnos usaremos una linterna que ofrezca una luz tenue de color ROJO. Esta coloración además de evitar que perdamos la adaptación a la oscuridad descartará molestias en caso de que estemos realizando fotografía del cielo. Puede hacerse fácilmente poniendo papel de celofán rojo sobre la linterna que dispongamos si lo que tenemos a manos es una linterna blanca de uso corriente en nuestros hogares.
A veces olvidamos hacer esa adaptación cuando observamos desde la azotea de nuestra casa en la ciudad, pero es también fundamental y es importante insistir en ello. Es posible comprobar como podemos ganar (visualmente) una magnitud y media tras un período de adaptación de unos 10-15 minutos desviando nuestra vista de luces parásitas brillantes.
Ya con todo preparado empecemos contemplando el cielo y disfrutando de él. ¡Anota todo lo que vea en su cuaderno de observaciones! Al cabo del tiempo le será muy útil además de un extraordinario recuerdo.
CARTAS DEL CIELO, ¿POR DÓNDE EMPIEZO?
Existen magníficos programas gratuitos como Cartes du Ciel o Stellarium que nos ayudarán a organizar y planificar nuestras observaciones (ver más adelante). Pero si subimos a nuestra azotea o salimos a nuestro patio siempre necesitaremos alguna carta o planisferio celeste que nos ayude a reconocer las constelaciones en el cielo. Hay muchos y variados en el mercado y son instrumentos que nos muestran el cielo visible cualquier día y hora del año. Realmente son útiles para todos los astrónomos aficionados. También existen muchas publicaciones en la red, libros, revistas especializadas en las que se publican estos planisferios o cartas estelares pero, a efectos prácticos, y para que comencéis a observar, si no tenéis nada a mano os recomendamos éste enlace procedente de la prestigiosa revista americana Sky & Telescope que puede resultarnos práctico, en líneas generales, durante todo el año.
Si se observa desde la ciudad observaremos más fácilmente algunas constelaciones al reducirse el número de estrellas pero bien es cierto que algunas otras o partes de ellas desaparecerán y no serán reconocibles a simple vista. Es conveniente comenzar localizando a la estrella Polar (observable por todos los observadores situados en el hemisferio norte) la cual no sólo será necesaria para reconocer el norte sino que también puede servirnos como punto de partida para reconocer el resto de constelaciones. Obviamente es imprescindible saber donde está si queremos poner un telescopio en estación y hacer seguimiento con nuestra montura o tomar fotografías.
LOCALIZANDO LA ESTRELLA POLAR
Un truco muy conocido es empezar buscando la siempre presente constelación de la Osa Mayor, con su conocido asterismo en forma de cuchara conocido como el Gran Carro (aunque en invierno se mantiene muy baja sobre el horizonte). Pues bien una vez la tenemos localizada, prolongaremos cinco veces la distancia entre las dos estrellas superiores de la Osa Mayor hacia la izquierda en invierno (o inferiores y hacia la derecha en verano) y llegaremos a la Polar. La Polar es una estrella brillante, aunque no excesivamente. Comprobaremos si hemos acertado si vemos una constelación gemela pero más débil a la Osa Mayor, se trata de la Osa Menor. La Osa Menor es visible completamente en el campo; en la ciudad se perciben las dos estrellas finales de su carro llamada “guardas“. Una vez que sabemos donde está la estrella Polar tendremos localizado perfectamente el Norte y a partir de ahí podremos ir localizando las constelaciones en cualquier época del año.
Otro método si el cielo es realmente pésimo es el uso de una pequeña brújula para localizar el Norte y una vez determinado dicho punto la estrella Polar se encontrará a unos 40 grados de altura sobre el horizonte, unos dos palmos de la mano proyectados con el brazo extendido tomando como base el horizonte. Pero cuando se dan esas condiciones, francamente, la observación astronómica no es viable…
Una vez que conocemos la Polar podemos usar nuestras cartas celestes para ir descubriendo otras constelaciones e ir adentrándonos en el conocimiento del cielo.
LIBROS DE AYUDA Y PROGRAMAS DE OBSERVACIÓN
Existen muchos y muy variados libros sobre Astronomía en el mercado, a ellos habría que añadir un pequeño (pero completo) Atlas en formato bolsillo. Aunque esté en inglés esto no es un inconveniente para los que no dominen el idioma pues hay poco texto y los gráficos son muy intuitivos, yo aconsejo el “Sky & Telescope’s Pocket Sky Atlas” de Roger Sinnot” no es barato, eso sí.
De cualquier forma si no queremos gastarnos dinero también tenemos una oportunidad de conseguir un buen atlas gratuito en internet que incluye estrellas hasta la magnitud 8.5 Se trata del Atlas Taki que puede conseguirse en este enlace y que se ofrece en formato pdf.
Como hemos comentado líneas atrás, existen también multitud de software astronómico en formato de Atlas. Vamos a comentar dos que incorporan catalogados objetos de Cielo Profundo , Estrellas Dobles , Estrellas Variables , asteroides, cometas e incluso ofrecen la posibilidad de conectar al telescopio. Pueden imprimir cartas y exportarlas a formato de imagen. Son de uso libre y gratuito. Los dos programas son Cartes du Ciel y Stellarium. Ambos programas pueden descargarse en español y son de considerable ayuda para el aficionado que ahora empieza.
Pues bien, si ya tenemos todo preparado solo nos queda abrirnos al mayor espectáculo que podemos sentir: la observación del Universo. ¡Disfrutemos de él! ¡No te arrepentirás!
Francisco Rodríguez Bergali – www.astroilusion.es – 2019 – 2022 (c)
Productos relacionados disponibles en Astroilusión