Los filtros OIII de banda estrecha Celestron aislan las líneas de oxígeno doblemente ionizado (496 y 501nm) emitidas por las nebulosas planetarias y de emisión, mientras bloquean el resto del espectro de la luz. El resultado es un contraste extremo entre el fondo oscuro del cielo y los fotones débiles de la luz OIII necesarios para observar objetos determinados.
Cada filtro tiene un tratamiento ultra resistente, depositado al vacío, diseñado para bloquear todo el espectro visual entre 400 y 700nm. De esta manera se eliminan los halos coloreados de luz antinatural que rodean a las estrellas brillantes.
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